Universidad Autónoma de Santo Domingo
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RESUMEN
El
problema de investigación es el punto de partida para hacer posible el estudio
de cualquier realidad. Tomando en cuenta su relevancia, en este ensayo contiene
una explicación breve de las principales dificultades que presentan algunos
investigadores a la hora de plantear su problema de investigación. En él aclaro
conceptos que, a través de los años, han generado serias confusiones como son
los términos planteamiento del problema, tema, área problemática y línea de
investigación con la finalidad de establecer la necesaria distinción entre
ellos, ya que la falta de comprensión de los mismos ha enturbiado el proceso de
investigación y ha dado paso a la usurpación de sus funciones. A la vez, señalo
de manera precisa los elementos a tomar en cuenta en la elaboración de problema
de investigación con el propósito de contribuir a facilitar su planteamiento.
Términos claves:
problema de investigación, tema, área problemática, línea de investigación,
investigación científica.
Abstract
The research problem is the starting point to make
possible the study of any reality. Taking into account its relevance, this
essay contains a brief explanation of the main difficulties that some
researchers present when raising their research problem. In it I clarify
concepts that, over the years, have generated serious confusion such as the
terms problem statement, issue, problem area and line of investigation in order
to establish the necessary distinction between them, since the lack of
understanding of they have muddied the investigation process and given way to
the usurpation of their functions. At the same time, I indicate in a precise
manner the elements to be taken into account in the elaboration of the research
problem with the purpose of contributing to facilitate its approach.
Keywords: research
problem, subject, problematic area, research line, scientific research.
La curiosidad es la cualidad que estimula al investigador
científico a indagar la realidad. Es la fuerza impulsora que le incita a formular
incógnitas ante los hechos que acontecen en ella. Estas incógnitas le permite
descubrir dificultades en la misma, muchas de las cuales constituyen
situaciones que requieren solución. De esta manera, el problema de
investigación es el punto de partida que da origen a toda investigación. Sabino
(1994) lo define como ¨un conjunto de interrogaciones que nos hacemos en
relación a algún aspecto de la realidad¨. Despejar estas interrogantes es lo
que proporciona sentido al estudio y hacen irrebatible su preponderancia. Pese
a la anterior afirmación, tanto en los noveles investigadores como en aquellos
cuya trayectoria se ha consolidado, permanecen serias erratas en cuanto a la
formulación de este relevante componente. Es por ello que resulta más que necesario
dedicar este informe a resolver ciertas confusiones que pululan a su alrededor
del problema de investigación, con la intensión de importantizar su papel y
contribuir a mejorar su planteamiento.
Uno de los primeros inconvenientes en la formulación del
problema es la usurpación de la que ha sido víctima por parte de otro
componente de la investigación. De esta manera, vemos como ha pasado a ser
tradición el hecho de que aquellos pocos estudiantes que han tenido el
privilegio de involucrarse en la investigación científica, en lugar de que su
labor sea el producto de su cuestionamiento sobre la realidad, se han visto
atados a un tema que no necesariamente responden a sus intereses. Con ello, se
distorsiona el proceso de la investigación y se anulan cualidades como la
curiosidad que impulsa al hombre de ciencia. Lo referido no es una realidad
discriminatoria de quienes apenas incursionan en este quehacer. Existen también muchos investigadores
experimentados, así como académicos que piensan erróneamente que el tema es el
arrancadero de la investigación científica. Un claro ejemplo de esto es el caso
de Walker (2002) quien exhibe su equívoco
al expresar claramente que ¨el primer paso del proceso es seleccionar un
tema¨ y que una vez ¨se decidió por un tema deberá tomarse algún tiempo para
explorar las posibles maneras de enfocar el estudio¨.
Por otro lado, las erratas dentro de la investigación se
extienden más allá del robo de roles entre el tema y el problema de
investigación. Como bien nos hace entender García (2013), coexiste, a la vez,
una tendencia a confundir los términos problema, tema, área problemática y
líneas de investigación. Estas dificultades de distinción se han extendido
notablemente poniendo en riesgo la labor científica en detrimento de la claridad
de su discurso. Hay que entender que estos conceptos están íntimamente
relacionados, pero que además poseen marcadas diferencias que todo investigador
científico debe reconocer para evitar tropiezos en el proceso de elaboración,
tanto de su proyecto como del informe de su estudio.
Las anteriores confusiones han generado gran preocupación
entre los que han atinado a profundizar sobre los referidos conceptos. García
(2013) es uno de los que mejor nos ayudan a comprender estas distinciones
precisando en qué consiste cada uno de estos elementos. En ese sentido, el tema
es el que posee el carácter más generalizado entre ellos, pues del mismo pueden
desprenderse distintos subtemas. Por ejemplo, si tenemos el tema de los
sistemas de gobiernos, podemos derivar de ellos subtemas como sistemas democrático, sistema teocrático,
entre otros. En ese mismo orden, el área
problemática son especificaciones que algunas instituciones en las que se
realiza un estudio hacen sobre los temas a partir de los cuales desean que sus
investigadores formulen sus problemas, ya que responden a sus intereses. La
delimitación de un área problemática orienta la formulación del problema de
investigación, dado el carácter genérico de los temas. El problema de
investigación se construye a partir de la observación preliminar de determinada
realidad,-- tomando en cuenta el área problemática, si esta fue establecida por
la institución— y sigue una perspectiva específica. Responde a qué se investigó.¨Debe estar
claramente formulado y sin ambigüedades y expresar una relación entre dos o más
variables en una dimensión temporal y espacial¨ (Méndez; Namihira; Moreno y
Sosa, 2001). La línea de investigación, por su parte, consiste en esa
perspectiva por la cual se genera el problema de investigación.
En otro orden, además de justa priorización
que debe darse al problema de investigación y la distinción clara de
este sobre otros términos con los que se vincula, existen tres dimensiones que,
de acuerdo con Ponce (citado por García, 2013), deben ser tomadas en cuenta en
la elaboración de este componente. La primera de estas dimensiones es la
situación problemática o foco de la discusión. En ella, el investigador debe
argumentar de manera precisa las razones que justifican por qué es necesario el
estudio. De manera consecutiva, se debe especificar el trasfondo, es decir, una
descripción de los eventos que explican la situación problemática. La última
dimensión corresponde a los obstáculos. En ella, se señala la situación que
requiere de cambio y los beneficios que la solución de esta situación puede
generar a la humanidad o a la ciencia. Pese a ser elementos básicos, muchas
investigaciones — sobre todo los monográficos y las tesis de maestría— poseen
desperfectos en algunos de ellos o bien ni siquiera los contemplan. Cabe
destacar, también, que existen puntos de
vistas diversos en cuanto a qué cantidad de espacio destinar al planteamiento
del problema y sus respectivas dimensiones.
No obstante, considero que siempre y cuando este componente cumpla con su
papel distintivo y exponga de forma cabal todos los elementos que le son
exigidos, la discusión de si dedicar
uno, dos o tres párrafos no me parece prioridad. Sin embargo, reconozco que
algo que debe evitar el investigador sobre el referido componente es hacer de
él una prosa extensa y aburrida.
Finalmente, vale decir que aunque la formulación del
problema es considerada por muchos una de las etapas más difíciles de toda la
investigación, la misma no debe representar mayores dificultades si se cuenta
con las pautas necesarias para su exposición y, sobre todo, si su formulación
es el resultado de las inquietudes del sujeto investigador y no una imposición
ajena a sus intereses. Por lo tanto, es un compromiso de las instituciones
renovar sus enseñanzas sobre metodología y ciencia, así como motivar la
curiosidad científica de las personas a las que forman. También es
responsabilidad de estos últimos preocuparse por consultar fuentes actualizadas
que les permitan superar las deficiencias que pueden arruinar su labor
investigativa.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
García Molina,
Bartolo. 2013. El discurso científico: teoría y aplicación. Surco. Santo Domingo.
Méndez, Ignacio; et
al. 2001. El protocolo de investigación.
Trillas. México.
Sabino, Carlos. 1994.
Cómo se hace una tesis. Panapo, Caracas.
Walter, Melissa. 2002.
Cómo escribir trabajos de investigación.
Gedisa, Barcelona.