El problema de investigación: pautas para su planteamiento

Sulami García de la Cruz
Universidad Autónoma de Santo Domingo 
suligarcruz@gmail.com




RESUMEN
El problema de investigación es el punto de partida para hacer posible el estudio de cualquier realidad. Tomando en cuenta su relevancia, en este ensayo contiene una explicación breve de las principales dificultades que presentan algunos investigadores a la hora de plantear su problema de investigación. En él aclaro conceptos que, a través de los años, han generado serias confusiones como son los términos planteamiento del problema, tema, área problemática y línea de investigación con la finalidad de establecer la necesaria distinción entre ellos, ya que la falta de comprensión de los mismos ha enturbiado el proceso de investigación y ha dado paso a la usurpación de sus funciones. A la vez, señalo de manera precisa los elementos a tomar en cuenta en la elaboración de problema de investigación con el propósito de contribuir a facilitar su planteamiento.

Términos claves: problema de investigación, tema, área problemática, línea de investigación, investigación científica.



Abstract

The research problem is the starting point to make possible the study of any reality. Taking into account its relevance, this essay contains a brief explanation of the main difficulties that some researchers present when raising their research problem. In it I clarify concepts that, over the years, have generated serious confusion such as the terms problem statement, issue, problem area and line of investigation in order to establish the necessary distinction between them, since the lack of understanding of they have muddied the investigation process and given way to the usurpation of their functions. At the same time, I indicate in a precise manner the elements to be taken into account in the elaboration of the research problem with the purpose of contributing to facilitate its approach.


Keywords: research problem, subject, problematic area, research line, scientific research.





La curiosidad es la cualidad que estimula al investigador científico a indagar la realidad. Es la fuerza impulsora que le incita a formular incógnitas ante los hechos que acontecen en ella. Estas incógnitas le permite descubrir dificultades en la misma, muchas de las cuales constituyen situaciones que requieren solución. De esta manera, el problema de investigación es el punto de partida que da origen a toda investigación. Sabino (1994) lo define como ¨un conjunto de interrogaciones que nos hacemos en relación a algún aspecto de la realidad¨. Despejar estas interrogantes es lo que proporciona sentido al estudio y hacen irrebatible su preponderancia. Pese a la anterior afirmación, tanto en los noveles investigadores como en aquellos cuya trayectoria se ha consolidado, permanecen serias erratas en cuanto a la formulación de este relevante componente. Es por ello que resulta más que necesario dedicar este informe a resolver ciertas confusiones que pululan a su alrededor del problema de investigación, con la intensión de importantizar su papel y contribuir a mejorar su planteamiento.

Uno de los primeros inconvenientes en la formulación del problema es la usurpación de la que ha sido víctima por parte de otro componente de la investigación. De esta manera, vemos como ha pasado a ser tradición el hecho de que aquellos pocos estudiantes que han tenido el privilegio de involucrarse en la investigación científica, en lugar de que su labor sea el producto de su cuestionamiento sobre la realidad, se han visto atados a un tema que no necesariamente responden a sus intereses. Con ello, se distorsiona el proceso de la investigación y se anulan cualidades como la curiosidad que impulsa al hombre de ciencia. Lo referido no es una realidad discriminatoria de quienes apenas incursionan en este quehacer.  Existen también muchos investigadores experimentados, así como académicos que piensan erróneamente que el tema es el arrancadero de la investigación científica. Un claro ejemplo de esto es el caso de Walker (2002) quien exhibe su equívoco  al expresar claramente que ¨el primer paso del proceso es seleccionar un tema¨ y que una vez ¨se decidió por un tema deberá tomarse algún tiempo para explorar las posibles maneras de enfocar el estudio¨. 

Por otro lado, las erratas dentro de la investigación se extienden más allá del robo de roles entre el tema y el problema de investigación. Como bien nos hace entender García (2013), coexiste, a la vez, una tendencia a confundir los términos problema, tema, área problemática y líneas de investigación. Estas dificultades de distinción se han extendido notablemente poniendo en riesgo la labor científica en detrimento de la claridad de su discurso. Hay que entender que estos conceptos están íntimamente relacionados, pero que además poseen marcadas diferencias que todo investigador científico debe reconocer para evitar tropiezos en el proceso de elaboración, tanto de su proyecto como del informe de su estudio.

Las anteriores confusiones han generado gran preocupación entre los que han atinado a profundizar sobre los referidos conceptos. García (2013) es uno de los que mejor nos ayudan a comprender estas distinciones precisando en qué consiste cada uno de estos elementos. En ese sentido, el tema es el que posee el carácter más generalizado entre ellos, pues del mismo pueden desprenderse distintos subtemas. Por ejemplo, si tenemos el tema de los sistemas de gobiernos, podemos derivar de ellos subtemas como  sistemas democrático, sistema teocrático, entre otros.  En ese mismo orden, el área problemática son especificaciones que algunas instituciones en las que se realiza un estudio hacen sobre los temas a partir de los cuales desean que sus investigadores formulen sus problemas, ya que responden a sus intereses. La delimitación de un área problemática orienta la formulación del problema de investigación, dado el carácter genérico de los temas. El problema de investigación se construye a partir de la observación preliminar de determinada realidad,-- tomando en cuenta el área problemática, si esta fue establecida por la institución— y sigue una perspectiva específica.  Responde a qué se investigó.¨Debe estar claramente formulado y sin ambigüedades y expresar una relación entre dos o más variables en una dimensión temporal y espacial¨ (Méndez; Namihira; Moreno y Sosa, 2001). La línea de investigación, por su parte, consiste en esa perspectiva por la cual se genera el problema de investigación.

En otro orden, además de justa  priorización  que debe darse al problema de investigación y la distinción clara de este sobre otros términos con los que se vincula, existen tres dimensiones que, de acuerdo con Ponce (citado por García, 2013), deben ser tomadas en cuenta en la elaboración de este componente. La primera de estas dimensiones es la situación problemática o foco de la discusión. En ella, el investigador debe argumentar de manera precisa las razones que justifican por qué es necesario el estudio. De manera consecutiva, se debe especificar el trasfondo, es decir, una descripción de los eventos que explican la situación problemática. La última dimensión corresponde a los obstáculos. En ella, se señala la situación que requiere de cambio y los beneficios que la solución de esta situación puede generar a la humanidad o a la ciencia. Pese a ser elementos básicos, muchas investigaciones — sobre todo los monográficos y las tesis de maestría— poseen desperfectos en algunos de ellos o bien ni siquiera los contemplan. Cabe destacar, también,  que existen puntos de vistas diversos en cuanto a qué cantidad de espacio destinar al planteamiento del problema y sus respectivas dimensiones.  No obstante, considero que siempre y cuando este componente cumpla con su papel distintivo y exponga de forma cabal todos los elementos que le son exigidos,  la discusión de si dedicar uno, dos o tres párrafos no me parece prioridad. Sin embargo, reconozco que algo que debe evitar el investigador sobre el referido componente es hacer de él una prosa extensa y aburrida.

Finalmente, vale decir que aunque la formulación del problema es considerada por muchos una de las etapas más difíciles de toda la investigación, la misma no debe representar mayores dificultades si se cuenta con las pautas necesarias para su exposición y, sobre todo, si su formulación es el resultado de las inquietudes del sujeto investigador y no una imposición ajena a sus intereses. Por lo tanto, es un compromiso de las instituciones renovar sus enseñanzas sobre metodología y ciencia, así como motivar la curiosidad científica de las personas a las que forman. También es responsabilidad de estos últimos preocuparse por consultar fuentes actualizadas que les permitan superar las deficiencias que pueden arruinar su labor investigativa.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

García Molina, Bartolo. 2013. El discurso científico: teoría y aplicación. Surco. Santo Domingo.
Méndez, Ignacio; et al. 2001. El protocolo de investigación. Trillas. México.
Sabino, Carlos. 1994. Cómo se hace una tesis. Panapo, Caracas.
Walter, Melissa. 2002. Cómo escribir trabajos de investigación. Gedisa, Barcelona.