Por: Ólfir A. Guzmán Méndez
olfirguzman09@hotmail.com
Propp (1928), en su Morfología del cuento, fue preciso al señalar que: “(…) las partes
constitutivas de un cuento pueden ser transportadas a otro sin cambio alguno” (p.19).
Lo que implica que un elemento de un
texto literario puede repetirse en otro
de la misma manera como tema, problema, funciones
o en la forma de caracterización de los personajes.
La literatura siempre ha sido una forma de
expresión vinculada a la realidad. Esto así porque el autor crea un universo
alternativo partiendo de la misma y toma barro de su suelo imaginario para dar
vida a sus actantes. Para caracterizar estos últimos, el creador elabora todo
un esqueleto físico y moral que muchas veces absorbe de las personas que lo
rodean o, en otros casos, de sí mismo.
Luego de leer el libro Mañana pídeme lo que quieras del escritor tenarense Bladimir Ramos,
resulta evidente cómo sus personajes masculinos comparten ciertas
características. Por la razón, en las líneas siguientes se abordarán cada una
de ellas con miras a demostrar cómo aparecen en cada personaje.
Además del uso del lenguaje literario,
del ambiente y de la forma de narrar, una de las particularidades de la cuentística
de Ramos es la manera en la que caracteriza sus
personajes masculinos. Dentro de los 19 cuentos que conforman Mañana
pídeme lo que quieras, en 14 de ellos estos actantes se caracterizan porque:
· Consumen (o han consumido) bebidas
alcohólicas.
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·
Tendencias narcisistas.
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· Han tenido o tienen una o varias
relaciones de pareja.
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·
Han contraído matrimonio.
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·
Son fanáticos del sexo o maniáticos
sexuales.
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·
Están enamorados (o conocieron el
amor).
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·
Tienen hijos.
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·
Tuvieron una aventura sexual.
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·
Tienen formación académica.
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· Cometieron un crimen o asesinan a un
personaje
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·
Consumen drogas (o la han consumido).
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Los
personajes que consumen (o han consumido) bebidas alcohólicas son: Anthony del
cuento Treinta y los narradores en primera persona de Un hombre con deseos de matar, Humanos, Yanely y Risaur de Fatal
Hilarity. Esto puede verse reflejado en los siguientes fragmentos:
“La embriaguez le ha nublado la vista y cada
vez que intenta telefonear a Marino, no puede.”(Ramos, Treinta, 2016, p.45).
“Un joven camina delante de mí. Intento
asesinarlo por detrás. Pero no, así no quiero. Deseo que me provoquen. No me
contengo y le voceo: “oye, párate ahí, buen pendejo!”. Estoy borracho. Así no
fue que lo planeé.” (Ramos, Un hombre con
deseos de matar, 2016, p.60).
“(…) comenzamos a hablar cosas de suegro
a yerno. La conversación se termina. Él se retira y yo acudo al licor.
Embriagarme es lo que me queda para evadir esta situación por la que estoy
pasando.”(Ramos,
Humanos, 2016, p.113).
“(…)
el resultado salió positivo porque el mismo día del delito habíamos sostenido
sexo, y sexo fuerte, bajo los efectos del alcohol y la mariguana y para
remachar, con dos ninfómanas del barrio.” (Ramos, Yanely, 2016, p.55).
“Su mayor preocupación era el estrés y el
trastorno de su sueño y también el dolor de cabeza, que nunca se le quitaba
salvo algunas ocasiones en las que ingería bebidas etílicas.” (Ramos, Faltal Hilarity, 2016, p.103).
Las citas anteriormente presentadas aluden al
consumo de alcohol. En el caso de Anthony, este se emborracha para olvidar la
muerte de su amigo; en el narrador de Un
hombre con deseos de matar aparece como una motivación para llevar a cabo
un crimen, en el narrador de Humanos como
una forma de evadir su realidad, en Yanely como una motivación para el sexo salvaje
y en el último como antídoto.
En el caso de los personajes que tuvieron
o tienen una o varias relaciones de pareja se pueden destacar a: John Mara del
cuento homónimo, Kelvin de Te amo, Sandy
de A remorseless men y los narradores
de Mañana pídeme lo que quieras y Humanos. Esto es demostrable ya que el
autor lo ha ido plasmando de la siguiente manera:
“Luego de salir del trabajo, John Mara
meditó largo rato en lo feliz que lo hacia su pareja, en la linda relación que
tenían.” (Ramos, John Mara, 2016, p.31).
“(…) Kelvin insiste en tirarse. Solo le
falta soltarse para caer al vacío (…). La calle está cerrada. Su novia Gemelis
está destrozada.” (Ramos, Te amo, 2016,
p.69).
“Abordas
el taxi. Tu mujer está como la imaginaste. Le preguntas que qué quiere para
cenar y ella llorando te responde que no tiene hambre (…)”. (Ramos, Mañana pídeme lo que quieras, 2016, p.
86).
“En estos últimos días he salido con una
jovencita de unos trece o catorce años, no sé (…) llevo junto con ella más de
cinco meses (…).” (Ramos, A remorseless
men, 2016, p.101).
“Estoy feliz. Hay un silencio profundo,
como nunca lo hubo en casa. Ella no está. Ha pasado una hora sin mi mujer en la
casa.” (Ramos, Humanos, 2016, p.112).
En
los fragmentos anteriores se ve claramente que los hombres están inmersos en
una relación de pareja. Ahora bien, las circunstancias en las que se encuentran
cada uno de ellos son distintas. El narrador en Mañana pídeme lo que quieras y John, se encuentran felices junto a ellas; en el
caso de Kelvin de Te amo y Sandy de A remorseless men sus parejas les son
indiferentes. Por otra parte, en el caso del personaje de Humanos, su relación de pareja es tóxica y conflictiva.
En
ese mismo orden, los personajes masculinos que comparten la característica de
enamoramiento son: Bladi del cuento Maira
y John Mara de la obra literaria que lleva el mismo nombre. Ahora bien: ¿Cómo
es posible evidenciar la presencia del hombre enamorado y de uno que
simplemente está en una relación? La respuesta es simple: el lenguaje
literario. El autor eleva el sentimiento de estos dos personajes al hacer uso
sublime del referido lenguaje, cosa que no se presenta de la misma forma en
otros cuentos:
El rostro de su
esposa le andaba en la cabeza como un enjambre de abejas que alteran la tranquilidad. Ese nombre, Gisela, resonaba en el eco de su
conciencia como un tambor. Recordaba el primer encuentro con
ella, el primer beso, el día que hicieron el amor en el vehículo, sus sonrisas,
sus caricias, todo. Sonreía. Estaba feliz de haberla conocido (Ramos, John Mara, 2016, p.32).
Se percibe de los fragmentos anteriores cómo
la narración adquiere un matiz diferente de
los cuentos en los que solo tienen una relación de pareja, ya que
transmiten emociones y sentimientos más profundos.
Por otro lado, dentro de los personajes
que han tenido aventuras sexuales se encuentran: Ariel de Mi barrio, el narrador en primera persona de Yocasta y Kelvin de Te amo.
Del primero de estos se puede inferir por la expresión: “Yo no sabía si
llegaría a casarme porque en varias ocasiones salí con mujeres que estaban
casadas con amigos míos”; del segundo por los indicios: “Le reclamo haberme
facilitado tenerla (…) le muestro mi miembro (…) me da valor para hacer lo que
desde hace un momento estoy pensando hacer (…)”. También, en el caso de Kelvin la
aventura sexual queda explicita al culminar el cuento, ya que su amante publica
en su muro de Facebook: “Te amo,
Kelvin, que el mundo se entere que somos homosexuales”.
Lo dicho anteriormente apunta cómo la
aventura sexual es perenne en los personajes mencionados, aunque el amante no
tenga el mismo género. Esto evidencia que el elemento que comparte un personaje
masculino de un cuento, aparece en otro.
En esa misma tesitura, los narradores en
primera persona de Mañana pídeme lo que
quieras y Un hombre con deseos de matar, así como también Ariel de Mi barrio y Anthony de Treinta corresponden a
los personajes masculinos caracterizados por cometer un crimen. Estos van desde
el atraco al asesinato, como demostrarán las citas a continuación:
“Dios me perdonará. Mi caso, mi fin es
justo (…)” “(…) te tiras de la motocicleta con el revólver en mano (…) Quiero todo,
le dices mientras el guardián que está en la caja tira su pistola al piso”. (Ramos,
Mañana pídeme lo que quieras, 2016,
p. 86).
“Tus padres llaman para darte la
noticia. Habían asesinado a tu hermana de un balazo en la frente, el primer día
que empezó a trabajar como cajera” (Ramos, Mañana
pídeme lo que quieras, 2016, p.87).
“Entonces, acontece un desenlace muy
macabro. Anthony saca su pistola y le dispara seis tiros en el pecho a Marino
(…)” (Ramos, Treinta, 2016, p.47).
En el caso de Un hombre con deseos de matar, el personaje no comete el crimen,
pero manifiesta haberlo intentado. Esto puede demostrarse con la siguiente
cita: “El tipo se me acerca. Me mira fijamente y justo cuando planeo entrarle
el cuchillo, sonríe facilitándome el asiento. ¡Dios, que desilusión! Pensé que
había conseguido mi primera experiencia como asesino, pero no. No he logrado
nada aun” (Ramos, 2016, p. 59).
De lo expresado anteriormente se puede
decir que al igual que las características en personajes anteriores, en los de
estos cuentos también se da el mismo caso.
En otro tenor, los que tienen tendencias
narcisistas son: Ariel de Mi barrio y
los narradores en primera persona de Un
hombre con deseos de matar y Residencia
de la muerte. Sobre el primero se puede percibir por expresiones como: “Ellas me decían que sus esposos les
hablaban de mí: Quien tiene una verga enorme es Ariel. Ese desgraciado mide un
brazo largo. Será una vaca que se lo va a meter o “Yo me la sabía todas (…)” “Tenía
el barrio comprado” (Ramos, 2016, p.96-97).
“Todos me quieren. Distintas mujeres me
halagan y yo las detesto, pero me gritan que no sea privón. Miro la ropa que
traigo puesta. Es bella y cara (…)”. (Ramos, Un hombre con deseos de matar, 2016, p.60).
“Los tígueres me envidiarán. Desearán
ellos ser quienes se lo metan a Deysi. “Las mujeres se pelearan por mi (…)” (Ramos,
Residencia de la muerte, 2016, p.24).
Los constantes indicios dados por las expresiones de los mismos
personajes apuntan a que ellos tienen
una imagen superior a la de otros.
En otra tesitura, los personajes masculinos que tienen
formación académica son: El narrador en primera persona de Mañana pídeme lo que quieras y Ariel de Mi barrio. Esto así por lo informan a través de expresiones como: “Piensas
en el curso de inglés que hiciste, en los semestres que tienes en la
universidad, en los círculos intelectuales que actualmente estas (…)” en el
caso del primer personaje y “(...) logré permanecer en la universidad (…)” en
el segundo. Todo esto refleja que el elemento de educación universitaria está
presente en la vida de estos actantes pero no representa una prioridad porque
esta no les impide cohibirse de sus acciones.
Por otra parte, entre los casados o que
han vivido esta experiencia se puede mencionar a: John Mara y Sandy de A remorseless men. En el primero de
estos, el lector puede percibirlo por la expresión: “El rostro de su esposa” y
en el segundo, por su propio discurso: “(…) cuando tengo tres mes conociendo a
una mujer, termino casándome y ella por el contrario, enamorándose de mí”. De esto
puede inferirse que John lo hace por amor y Sandy no; lo que indica que en Ramos solo algunos hombres
prefieren contraer matrimonio. Claro, esto no significa que los mismos se
mantengan fieles, cosa que ya se ha visto en otros textos.
Los narradores en primera persona en Mañana pídeme lo que quieras y Humanos, tienen hijos. Se puede notar
por la expresión del narrador: “(…) algo te recuerda a tu niño y a tu mujer, los que amas con el alma”
en el primero y “(…) estrecho a mi hijo a mi pecho”, en el segundo. Ademas, en estos
cuentos se puede percibir el amor de los padres hacia sus hijos. Este es otro
elemento que comparten los personajes masculinos de estos cuentos.
Los
amantes del sexo y maniáticos sexuales, en cambio, son Ariel (Mi barrio), Sandy (A remorseless men) y el narrador en primera persona de Yocasta. El primer personaje apuntaba
que: “(…) si no tenía el dinero, llamaba al maricón del barrio que me pagaba
doscientos pesos para que me dejara hacer el sexo oral”. El segundo expresando:
“De todos los anticonceptivos, el que menos me gusta usar es el condón. Soy muy
existencial. Me gusta sentir todo, absolutamente todo” y el tercero, que de
forma explícita hace saber al lector su manía: “Sabe de mi desorden sexual y no
le importa. Soy un loco, un frustrado. Como dije, estoy cansado de masturbarme
viéndola trapear”.
Las citas anteriores le comunican al
lector los más íntimos deseos de los actantes, mostrando así otra coincidencia
entre personajes de otros de sus cuentos.
En lo que respecta a los personajes masculinos
que han probado drogas, un claro ejemplo son: Luis de Es la calentura y el narrador en primera persona de Mañana pídeme lo que quieras. En el caso
del primero, el lector lo infiere por
la siguiente expresión del narrador: “(…) él enciende otra piedra de crack”. No
obstante, en el segundo puede entenderse
por la expresión narrativa: “Tu amigo te ve y te dice que nunca te había visto
de esa manera. Te pasa un gramo de cocaína y de un tirón lo absorbes”.
Los
ejemplos anteriores son una muestra de que en los cuentos de Ramos la adicción
a las drogas forma parte del rompecabezas de los actantes masculinos. No
aparece presente en todos los cuentos, pero el hecho de que se repita en
algunos personajes del libro muestra lo que Propp (1928) ya había señalado.
Se ha visto cómo en la cuentística de
Bladimir Ramos el personaje masculino es enteramente homogéneo y que la
caracterización del mismo parte de la realidad de algún sector de la juventud y
de algunos hombres dominicanos con la finalidad de mostrar su comportamiento. Y
por supuesto que la mejor manera de
conocerlos ha sido a través los actantes, ya que son una parte fundamental por
los datos que brindan. Ahí radica la importancia, pues, de aislarlos en primera
instancia (Propp, 1928).
Referencias
bibliográficas
Propp, V.
(1928). Morfología del cuento (2da edición). Madrid, España: Editorial Fundamentos. Recuperado de: https://monoskop.org/images/9/9d/Propp Valdimir_Morfologia_del_cuento_2a_ ed.pdf
Ramos, R. B. (2016). Mañana
pídeme lo que quieras. Santo Domingo, República Dominicana: Tinta de taller
Ramos, R. B. (2016). Residencia
de la muerte. En Mañana pídeme lo que quieras (pág.23) Santo Domingo, República Dominicana: Tinta de taller.
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Mara. En Mañana pídeme lo que quieras (pág.31). Santo Domingo, República Dominicana: Tinta de taller.
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Tinta de taller.
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Santo Domingo, República Dominicana:
Tinta de taller.
Ramos, R. B. (2016). Yanely.
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Santo Domingo, República Dominicana:
Tinta de taller.
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hombre con deseos de matar. En Mañana pídeme lo que quieras (pág.57). Santo Domingo,
República Dominicana: Tinta de taller.
Ramos, R. B. (2016). Yocasta.
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Ramos, R. B. (2016). Mañana
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barrio. En Mañana pídeme lo que quieras (pág.95). Santo Domingo, República Dominicana: Tinta de taller.
Ramos, R. B. (2016). A
remoreseless men. En Mañana pídeme lo que quieras (pág.99). Santo Domingo, República Dominicana: Tinta de
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Ramos, R. B. (2016). Fatal
hilarity. En Mañana pídeme lo que quieras (pág.103). Santo Domingo, República Dominicana: Tinta de taller.
Ramos, R. B. (2016). Humanos.
En Mañana pídeme lo que quieras (pág.109). Santo Domingo, República Dominicana: Tinta de taller.