Por: Ólfir A. Guzmán Méndez
olfirguzman09@hotmail.com
Propp (1928), en su Morfología del cuento, fue preciso al señalar que: “(…) las partes
constitutivas de un cuento pueden ser transportadas a otro sin cambio alguno” (p.19).
Lo que implica que un elemento de un
texto literario puede repetirse en otro
de la misma manera como tema, problema, funciones
o en la forma de caracterización de los personajes.
La literatura siempre ha sido una forma de
expresión vinculada a la realidad. Esto así porque el autor crea un universo
alternativo partiendo de la misma y toma barro de su suelo imaginario para dar
vida a sus actantes. Para caracterizar estos últimos, el creador elabora todo
un esqueleto físico y moral que muchas veces absorbe de las personas que lo
rodean o, en otros casos, de sí mismo.